Según el último censo publicado por el Instituto Nacional de Estadística (INE), desde 2009 se ha cerrado un 30,1% de las instalaciones ganaderas, es decir, hemos pasado de contar con 242.630 explotaciones a quedarnos con 169.576. Algunos de los motivos son el desajuste de los precios de los productos finales y la subida de precios de los costes de producción. Aunque los ganaderos apuestan por la tecnología para sobrevivir. El informe ‘World Robotics 2021: Industrial Robots’, de la International Federation of Robotics (IFR) explica que España ocupa el décimo puesto mundial de las instalaciones de nuevos robots con 3.400 unidades.
En el año 2021, fueron 12.000 los usados para la agricultura. Una de las granjas más robotizadas de Europa se encuentra en Asturias. Los hermanos Hernán y Pelayo se encargan de la Ganadería La Peña. Ellos apuestan por la robotización y por la inclusión total de la tecnología. En la granja tienen tres robots: alimentación, ordeño y gestión del purín. “El animal no es tonto, hace lo que le da la gana, así que cuando siente una presión, va al robot. No se trata de que cada vez que entra al robot este se dedique a exprimirla, porque hay que pensar que ordeñar una vaca tiene un coste. La máquina aceptará o no el ordeño, dependiendo de los litros que sabe con exactitud que el animal tiene en la ubre. Es decir, si ayer produjo 40 litros de leche y se ordeñó hace cinco horas, pues la máquina sabe cuánta cantidad sigue teniendo», informa Hernán.
La ventaja es que con esta tecnología los animales no sufren. También cuentan con un robot para la limpieza del purín. “La robótica se va a imponer. Esto va a una velocidad que no te permite formar a una generación para ponerla mañana a ordeñar. Hoy le dices a un chaval de 20 años que tiene que ir a ordeñar 50 vacas y… pues ya ves, te encuentras uno de cada mil”, relata Hernán.
Otra ganadería que apuesta por esta tecnología es la ganadería segoviana Gala Merino. Cuenta con 600 vacas y el robot puede llegar a dar una media de 43,5 litros de leche al día.
Esta ganadería también tiene un robot que acerca la comida a las vacas. Diego, uno de los gestores de la ganadería informa que “es como un R2-D2 de la película, va dando vueltas al lado de la comida para arrimársela a los animales, que tienen la ración disponible 24 horas”.
Los profesionales de Bonanza Motor, expertos en reparación y mantenimiento de todo tipo de motores industriales, informan que las ganaderías y granjas deben tener equipos equilibrados de tensión para evitar averías electrónicas de ordeñadoras, tanques de frío, ventilación, etc, dado que de esta manera se evita la pérdida de productos o material, y eso ahora más que nunca es importante de proteger.
Vacas con cencerro digital
Los ganaderos siguen apostando por las tecnologías y por eso en algunas granjas utilizan un collar inteligente similar a un ‘smartwatch’. El dispositivo cuenta con un sistema de GPS, sensores de movimiento y conectividad.
Es un collar con una cinta ajustable y una pequeña caja que contiene en su interior un GPS. Este dispositivo ayuda a los ganaderos a saber dónde están las vacas y también permite prevenir ataques.
Gracias a este sistema el ganadero puede dedicar ese tiempo a otras tareas, ya que no tiene que estar sobre el terreno de manera permanente.
Otra de las ventajas es que ahorra dinero y tiempo. Al físico Carlos Callejero y a sus socios Ignacio Maqueda y Rubén Blanco se les ocurrió la idea del cencerro digital. Este collar inteligente con GPS rastrea a los animales y envía toda la información al móvil del ganadero.
El cuidador puede observar si la vaca sale de la zona controlada, si se va a poner de parto o la temperatura del animal. Este collar mejora la vida del ganadero, porque puede vigilar a los animales desde casa.
El ‘smartwatch’ se alimenta de energía solar y se ajusta al cuello gracias a un sistema de contrapesos. Este dispositivo tambien se puede utilizar con otros animales de granja como ovejas, caballos o cabras.
¿Qué son los ‘agro-millennials’?
Según recoge un estudio llevado a cabo por Juventudes Agrarias de COAG y la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica (ETSIAM) de la Universidad de Córdoba, la mayoría de ‘agro-millennials’ son hijos o familiares directos de agricultores. El estudio también ha comprobado que un 65% de los jóvenes agricultores tiene como mínimo bachillerato o un FP superior, mientras que la media nacional es del 40%. Estos jóvenes apuestan por la tecnología y la digitalización, se les consideran agro-millennials porque han incorporado las nuevas tecnologías en el campo y conocen los tractores autónomos.
Además, están al día de los nuevos descubrimientos que se hacen en el sector, porque sus granjas cuentan con conexión. Estos jóvenes utilizan las redes sociales como Instagram y TikTok para mostrar su día a día y para dar a conocer su negocio.