Todos los alimentos que compramos han pasado un control de seguridad alimentario previo. La Dirección General de Sanidad y Seguridad Alimentaria de la Comisión Europea cuenta con un Departamento de auditorías y análisis sanitarios y alimentarios.
Los profesionales de SEMARP explican que los sistemas de muestreo y sistemas de extracción de la más alta calidad ayudan a las empresas alimentarias a garantizar la calidad y la seguridad de los productos.
El centro tecnológico valenciano AINIA ha desarrollado un contenedor móvil que permite a los agricultores procesar frutas y hortalizas IV gama en el propio terreno de cultivo.
Este contenedor utiliza sistemas de envasado más sostenibles, ya que los investigadores apuestan por el uso de materiales reciclados para diseñar los envases.
El objetivo es garantizar su vida útil y una alimentación más saludable. Además, de AINIA también han colaborado en este proyecto el Centre technique agroalimentaire-CTCPA (Francia), la empresa Linpac, el centro alemán KOB y la pyme valenciana Terra i Xufa.
Es muy importante un adecuado tratamiento y manipulación para poder evitar el desperdicio de alimentos. El objetivo es que estas unidades de transformación de alimentos puedan trasladarse de agricultor a agricultor dentro de una misma región.
En el caso de las frutas y hortalizas de IV gama, «al ser productos especialmente perecederos, se hacía necesario definir un sistema de envasado adecuado que permitiera alargar su vida útil y disponer de un producto cómodo de consumir, fomentando así el consumo de frutas y hortalizas frescas», explica Leonor Pascual, coordinadora de proyectos de la línea de Tecnologías del Envase de AINIA.
También ha presentado la app FOXLINK, para dar a conocer a los consumidores el proyecto FOX, ofrecer información sobre las frutas y hortalizas locales, conectar a los consumidores con productores locales de frutas y hortalizas, y ofrecer información sobre las tecnologías utilizadas.
Se están diseñando cuatro tipos de unidades basadas en diferentes tecnologías para estimular la descentralización del procesado de frutas y hortalizas, adaptar a pequeña escala sistemas de procesado innovadores y fomentar las cadenas de valor de proximidad.
¿Qué es la presión en frío?
Los consumidores reclaman productos sin aditivos, más seguros y sostenibles. La presión en frío es una tecnología innovadora que elimina los conservantes, prolonga el periodo de conservación y mantiene las características nutritivas.
Es un método que aplica altos niveles de presión por el agua de hasta 6.000 bares durante unos segundos o minutos, así consigue inactivar los microorganismos responsables del deterioro de los alimentos.
Esta técnica de conservación sustituye a los conservantes, alarga la vida útil y reduce el desperdicio de alimentos. Cada año son desperdiciadas 931 millones de toneladas de comida y de ese total, el 61% proviene de los cubos de basura de los hogares.
El diario ABC informa que es «una tecnología que en el año 2020 trató 1.800 millones de kilos de productos en el mundo, con un negocio agregado de 18.000 millones».
Las industrias que en España utilizan la presión fría son principalmente los zumos y bebidas (25%), los productos de aguacate, frutas y vegetales (25%), los cárnicos (19%), pescados y mariscos (8%), i+D+i (6%), platos preparados (6%) y lácteos, alimentación infantil y de animales (3%).
El sector de productos de aguacate tratados con esta tecnología fue el de mayor expansión con una tasa de anual del 14%. La industria cosmética y farmacéutica también apuestan por la presión en frío para desarrollar productos cosméticos orgánicos y libres de aditivos.
Gracias a la inactivación microbiológica, aumenta más la seguridad de productos farmacéuticos ya estériles. También desarrolla nuevas vacunas con patógenos inactivados por presión, pero mejorando su inmunogenicidad.
Carolina Najar, directora de Mercado Alimentación de Azti, un centro tecnológico especializado en Tecnología Alimentaria, afirma que «la gente quiere vivir más pero también quiere vivir mejor».
Cucharas comestibles que saben a pizza
Voilà ha creado tenedores, cucharas y cuchillos comestibles, fabricados como una galleta pero con sabor a masa de pizza. Laura Gispert es la creadora de Voilà, un menaje funcional y sabroso de un solo uso, ya que se utiliza y se come después. ¡El objetivo es sustituir las piezas de plástico!
«En un primer momento hubo un proceso muy experimental. Empecé dibujando cubiertos inspirada en formas orgánicas, que resultaran atractivos a nivel visual. Más adelante, cuanto empezó a adquirir un sentido comercial, se pensó en simplificar: hacer algo funcional, ergonómico y escalable, que se pudiera fabricar en serie», explica Gispert.
Al principio la creadora buscaba una harina asequible. «Investigamos las mejores por consistencia y para todo el mundo, por tanto, sin gluten, y optamos por la harina de arroz», afirma.
Mezclada con agua y semillas, por lo que el sabor es parecido a la masa de pizza. «Probamos también gelificantes veganos que ofrecen consistencia», confiesa Gispert.