No me considero un viejete, pero es cierto que hay algunos aspectos de la sociedad actual que me pillan a contrapié. Yo soy de los que ya he conocido Internet en la adolescencia, por lo tanto puedo decir que me defiendo en algunos aspectos. Pero yo pensaba que todo se iba a quedar en un mando a distancia, en mandar un email o como mucho en poder hacer una videollamada con otro punto de la tierra. Es algo que se refleja muy bien en la película Regreso al Futuro, y yo pensaba que nos quedaríamos en eso.
Pues bien, no es así. Creo que a partir del 2015, más o menos, se está viviendo una carrera de las nuevas tecnologías que es incontrolable. Cuando compras algo porque crees que es lo último, llegas a casa lo instalas y ya ha pasado de moda porque han creado una versión más moderna. De ahí que sea complicado poder mantener un ritmo. Lo último que me he enterado es que ahora hay una técnica que se llama servosistemas. Y la verdad es que no tenía ni idea de que existían, ahora bien, cuando he sabido para lo que servía, me he dado cuenta que es muy útil y que nos puede venir muy bien.
Os cuento un poco lo que es mi vida para poner en contexto la historia. Yo trabajo largas horas en mi oficina y apenas tengo tiempo para relajarme y disfrutar de otras cosas. Un día, un compañero de esos que vienen pegando fuerte, de los que comenzaron como becarios, pero en seguida se les ve con ganas de comerse el mundo (que ahora ya no hay muchos porque los padres lo dan todo hecho) me habló sobre los servosistemas. Mi cara fue un poema. No quiero decir que fuera un Paco Martínez Soria cuando visitó la ciudad por primera vez, pero casi. Me dijo que tenía que saber más sobre ello porque me iba a ayudar en mi día a día, que mi vida sería más fácil, fueron las palabras exactas que me dijo y que todavía recuerdo.
Yo la verdad es que no sabía nada acerca de los servosistemas, pero, oye, yo soy muy bien mandado y estaba dispuesto a probarlo. Así que investigué un poco por Internet y descubrí que los servosistemas son dispositivos que pueden controlar y monitorear diferentes procesos, desde abrir y cerrar puertas, regular la temperatura de una habitación, o controlar la velocidad de un motor. Pues oye, aspectos que pueden venir muy bien para el día a día. Aunque es cierto que da miedo pensar en lo que puede llegar a hacer la tecnología.
El servosistema llega a mi casa
Pues dicho y hecho. Instalé un servo sistema en mi casa, y rápidamente comprobé que era muy chulo. Por ejemplo, os cuento cómo cambó mi vida. Comencé a programar la cafetera para que estuviera lista justo cuando me despertaba, que parece que no, pero es algo muy útil. Pude controlar la temperatura de mi casa desde el móvil, que esto es algo esencial para cuando estás fuera y quieres llegar a casa y que esté caliente. Además te sirve para ahorrar un montón de dinero en la factura del gas.
Por suerte, son muchas las empresas que han visto que aquí hay nicho de mercado, y ya se pueden ver pionera.Por ejemplo, Tecnomotion Control que se han querido especializar en la reparación de estos sistemas, y en la fabricación y comercialización de cableado específico para control y potencia, para servomotores y servodrivers, se han convertido en un proveedor en la venta de electrónica industrial. Y creo que han hecho muy bien porque los que llegan los primeros, son siempre los que triunfan.
No puedo vivir sin ello
Y sí, como decía mi abuela “a lo bueno nos acostumbramos bueno”. Y así es. Porque ahora no me imagino cómo sería mi vida sin estos inventos de la tecnología. Creo que nos ha tocado vivir un tiempo de muchos cambios, sobre todo en lo tecnológico, y podemos hacer dos cosas. La primera es quedarnos en casa y hacer como los osos, hibernar. O dos, echarle valor y querer afrontar los cambios. Yo apuesto por lo segundo, porque he comprobado que si eres receptivo, todo estos cambios pueden ser muy beneficiosos en tu día a día. Aunque sea consciente que lo que hoy es moderno, mañana ya será la Edad Media, creo que todo va muy rápido, pero yo me quiero subir a estos trenes.