Solemos pensar que todas las viviendas de este país cuentan con todos los electrodomésticos que vemos anunciados en la tele: una lavadora, un frigorífico, un lavavajillas, un horno… La verdad es que nuestra cocina debe estar llena de todos y cada uno de estos electrodomésticos. Nos han vendido que tener estos electrodomésticos en casa es lo mejor que podemos hacer… y, en parte, tienen razón. Lógicamente, lo mejor es que tengamos acceso a estos objetos porque, en materia de limpieza, higiene o almacenamiento de productos en frío (en el caso de los frigoríficos) nos facilita la vida.
Ahora bien, cada caso tiene unas particularidades muy concretas. En el caso del frigo, está claro que debemos tenerlo muy a mano. En el caso de la lavadora, que es al que nos vamos a referir a lo largo de los párrafos que siguen, la cosa cambia por completo. Y es que, ¿de verdad es necesario disponer de una lavadora en casa? Lo cierto es que no tiene por qué. Podemos acudir a una lavandería para adecentar nuestra ropa. No es caro y, además, evitamos todos los gastos de mantenimiento (recordemos cuál es el precio de la luz en los tiempos que corren) y posibles roturas que se puedan ocasionar.
¿Qué es, además de eso, lo que nos puede llevar a eliminar la lavadora de nuestra vivienda para pasar a lavar la ropa en una lavandería? Una de las explicaciones tiene que ver con el tamaño de las viviendas. En ciudades como lo son Madrid o Barcelona, ese tamaño no suele ser demasiado. Si tenemos que dedicar parte de ese espacio a un electrodoméstico como la lavadora, que no es precisamente pequeño, es seguro que la habitabilidad del domicilio no va a ser la mejor ni mucho menos. Por eso hay muchas personas, especialmente de estas y otras grandes ciudades, que se decantan por la lavandería a la hora de limpiar la ropa.
Según lo que cuenta una noticia publicada en la página web de Antena 3, en España ya había un total de 1.600 lavanderías en junio del año 2019. Y el número viene creciendo después de que haya vuelto la normalidad tras la pandemia. Eso no es fruto de la casualidad. Quiere decir que hay una demanda cada vez mayor y que son muchas las personas que empiezan a confiar en servicios como de los que estamos hablando. Acudir a una lavandería es algo que a la mayoría de la gente le empieza a resultar bastante cómodo y eficaz.
Los motivos por los cuales hay cada vez más gente que lava su ropa en una lavandería son numerosos. Uno de los que quedan ocultos en la mayoría de las conversaciones es la mejora de la tecnología con la que las lavadoras son fabricadas y que las convierte en instrumentos realmente fiables. Los profesionales de Lavatur nos han indicado que esa mejora tecnológica cada vez está mejor valorada por las lavanderías puesto que en eso se esconde buena parte del éxito de su negocio.
Higiene y limpieza, cuestiones de Estado ahora más que nunca
Estamos en un momento en el que la higiene y la limpieza son más importantes que nunca, sobre todo ahora que hemos padecido una pandemia que encontraba una de sus soluciones en esa apuesta por la pulcritud. Desde luego, está claro que eso ha hecho que mucha gente se conciencie al respecto de lo importante que resulta conservar la limpieza en todos y cada uno de los sentidos. Es una buena noticia, sin duda. Todo lo que sea apostar por el perfecto cuidado de nuestra ropa y nuestro cuerpo tiene un valor incalculable.
Ese es el motivo que nos empuja a considerar que va a seguir creciendo la importancia que la gente le otorga a cuidar de su ropa. Y, para ello, está claro que contar con una lavadora fiable es una prioridad. La mejora de la tecnología está haciendo posible que las lavadoras que se confeccionan ahora tengan una calidad superior. Y esas lavadoras son por las que apuestan las lavanderías en la actualidad. Ese es otro de los motivos por los que cada vez más gente apuesta por entidades de este tipo.
Higiene y limpieza son dos aspectos que siempre debemos tener en cuenta, que nunca podemos olvidar en ningún aspecto de nuestra vida. Y, en lo que tiene que ver con la ropa, con más razón. La ropa que vestimos, a fin de cuentas, es imagen propia. Y hay que cuidarla en todo momento. Ni que decir tiene que esa puede ser la diferencia entre el éxito o el fracaso en la vida… y entre estar sano y padecer algún tipo de enfermedad. Nosotros, como la mayoría de personas, tenemos claro en qué parte de la balanza queremos estar.